El Paso de Marcos Rojo por Boca: ¿Error de Riquelme?
La trayectoria de Marcos Rojo en Boca Juniors ha generado controversia y debate. Desde su llegada en febrero de 2021, su rendimiento y comportamiento han sido objeto de críticas, planteando interrogantes sobre si su contratación fue un acierto o un error por parte de la dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme.
Un Rendimiento por Debajo de lo Esperado
Las estadísticas son contundentes: de los 254 partidos que Boca disputó desde la llegada de Rojo, él solo participó en 118, representando apenas el 46% del total. En cuanto a los minutos jugados, su participación se reduce al 39%. Aún más preocupante es que solo completó los 90 minutos en 75 encuentros, menos de la tercera parte de los partidos.
Problemas de Profesionalismo y Actitud
Más allá de sus cualidades futbolísticas, que nadie niega, Rojo ha sido cuestionado por su falta de profesionalismo y actitud fuera de la cancha. Se le ha criticado por participar en actividades recreativas durante la competencia, por su historial de lesiones debido a excesos, y por su dificultad para controlar su temperamento en momentos clave, como expulsiones en partidos importantes.
También se le ha señalado por faltar a entrenamientos debido a salidas nocturnas y por aparecer en condiciones físicas no óptimas para la práctica deportiva. Estas actitudes contrastan con la exigencia de ser un jugador de Boca las 24 horas del día, como señalaba Guillermo Barros Schelotto.
Un Final Agrio y Controversias Internas
Los motivos de su salida son diversos, incluyendo su falta de profesionalismo y un último enfrentamiento con el entonces técnico Miguel Ángel Russo, a quien reprochó su falta de oportunidades. Esta situación tensa el ambiente y deja en evidencia las dificultades de Rojo para adaptarse a la disciplina y exigencia del club.
En resumen, el paso de Marcos Rojo por Boca Juniors ha sido una montaña rusa de emociones, marcada por altibajos en su rendimiento, cuestionamientos sobre su profesionalismo y un final anticipado. La pregunta que queda en el aire es si su contratación fue un error estratégico de la dirigencia o si, a pesar de todo, Rojo pudo haber aportado más al equipo con un mayor compromiso y disciplina.