Doble Ataque en el Caribe: ¿Encubrimiento en Operación Antinarcóticos?

Doble Ataque en el Caribe: ¿Encubrimiento en Operación Antinarcóticos?

Un controvertido ataque aéreo en el Caribe, enmarcado en la lucha contra el narcotráfico, ha desatado una tormenta política en Estados Unidos. El incidente, ocurrido el 2 de septiembre, involucró un barco sospechoso de transportar drogas y culminó con un segundo ataque que eliminó a los sobrevivientes del primer bombardeo. La justificación de este segundo ataque, autorizada por el almirante Frank “Mitch” Bradley, jefe del Comando de Operaciones Especiales de EE.UU., ha sido puesta en tela de juicio.

Los Últimos Momentos de los Náufragos

Según informes, los sobrevivientes del primer ataque, presuntos narcotraficantes, quedaron a la deriva en los restos de su embarcación durante más de 40 minutos. Desarmados e incomunicados, intentaban enderezar lo que quedaba de su barco. Testigos afirman que incluso levantaron los brazos, en un gesto interpretado por algunos como una señal de rendición. Sin embargo, un segundo ataque acabó con sus vidas, dejando solo una mancha de sangre en el mar.

Justificación del Segundo Ataque: ¿Amenaza Potencial?

El almirante Bradley defendió su decisión ante legisladores, argumentando que los hombres aún representaban una amenaza, ya que podrían haber solicitado ayuda por radio o ser rescatados con la carga de cocaína restante. Sin embargo, la evidencia en video sugiere que los náufragos no realizaron ninguna de estas acciones.

Reacciones Divididas y Críticas a Hegseth

La difusión del video del incidente ha generado reacciones encontradas. Mientras que algunos legisladores justifican la acción en el contexto de la lucha contra el narcotráfico, otros expresan su indignación ante lo que consideran un uso excesivo de la fuerza. La controversia también ha salpicado al Secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien ya ha estado en el centro de otras polémicas.

¿Orden de "No Dar Cuartel"?

Hegseth ha negado los informes que afirman que emitió una orden verbal de “no dar cuartel”, es decir, una orden de matar y no capturar, en el ataque del 2 de septiembre. Sin embargo, la controversia persiste y el Congreso, incluso el de mayoría republicana, está mostrando signos de ejercer su poder de supervisión ante la turbulencia generada por Hegseth en sus 10 meses de gestión.

Este incidente plantea serias preguntas sobre el uso de la fuerza en operaciones antinarcóticos y la rendición de cuentas de los altos mandos militares.