Netflix enciende la polémica: Thriller español sobre ETA divide opiniones
La nueva película española de Netflix, "Un fantasma en la batalla", ha generado un intenso debate desde su estreno el pasado 17 de octubre. Dirigida por Agustín Díaz Yanes, la cinta, que se sumerge en la lucha antiterrorista contra ETA, ha cosechado tanto elogios como críticas feroces, polarizando a la audiencia y a la crítica especializada.
Un thriller político que divide
La trama sigue a una joven guardia civil que se infiltra en ETA con el objetivo de descubrir los escondites de la organización en el sur de Francia. Inspirada en una operación encubierta real de los años 90 y principios de los 2000, la película busca explorar los dilemas morales y psicológicos de la infiltración.
Sin embargo, la recepción ha sido dispar. Algunos críticos la tachan de "políticamente simplista e incluso idealizada y romantizada", mientras que otros ensalzan su "guion complejo y una dirección potente". Esta divergencia de opiniones ya se hizo evidente durante su presentación en el Festival de San Sebastián.
¿Un relato sobrio o una visión sesgada?
La película, protagonizada por Susana Abaitua, se centra en el costo íntimo de la violencia y el sacrificio. Díaz Yanes utiliza una puesta en escena contenida y un tono sombrío para expresar el encierro emocional de los personajes. La fotografía fría y los interiores cerrados refuerzan la sensación de soledad y sospecha constante.
La tensión no proviene del peligro inmediato, sino de la conciencia del riesgo constante que corre la protagonista. Cada gesto, cada encuentro, cada mirada puede delatar su verdadera identidad. El suspense se construye desde la intimidad, donde el peligro reside en ser descubierta.
- Dirección: Agustín Díaz Yanes
- Protagonista: Susana Abaitua
- Temática: Lucha antiterrorista, infiltración
En definitiva, "Un fantasma en la batalla" es una película que no deja indiferente. Su controvertida visión sobre un tema tan sensible como la lucha contra ETA invita a la reflexión y al debate. Ahora, la última palabra la tiene el público.